Santidad, pecado y renovación en la Iglesia. La manifestación de la santidad de la Iglesia en sus miembros es uno de los motivos de credibilidad más fuertes y convincentes en nuestro mundo. A esto hay que añadir que la santidad promueve el humanismo más verdadero y pleno. La santidad es una característica de la Iglesia confesada en el Credo de los apóstoles (junto con la catolicidad) y una de las llamadas “notas” de la Iglesia (unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad) Estas cuatro notas deben considerarse como “propiedades esenciales” u “objetivas” que la Iglesia tiene por su misma naturaleza. No importa qué hayamos logrado u obtenido en la vida. Si no tenemos la santidad, hemos perdido lo fundamental. La santidad —el esfuerzo por lograrla, poniendo en práctica la fe, los sacramentos, y los demás dones divinos— no tiene que ver con un intimismo individualista, que se quedase en la relación entre “Dios y yo”, si bien esta relación personal, está en la base
Vivir con Autenticidad mi fe y compromiso cristiano...