La Misión de la Iglesia frente a lo social Al hablar de Iglesia, nos estamos refiriendo, no a una institución o estructura, ni a una organización confesional. No hablo de una jerarquía eclesiológica, ni de una directiva eclesiástica, sino del pueblo creyente, de aquellos creyentes, de aquellos que, por “virtud del Espíritu Santo”, se han incorporado al Cuerpo Místico de Jesucristo; me estoy refiriendo a los cristianos, al simple miembro de la Iglesia, a la Iglesia que “está en las casas”, “por las calles”, “en las fábricas”, en las escuelas”, “de cara al campo”, o “de espaldas” a la realidad social que vivimos, pero que guiados por el Espíritu sean capaces de ser instrumentos de gracia Más propiamente, a los que como decía Martín Lutero, se esfuerzan o están en disposición de ser “Cristo para sus prójimos reconociendo en todos y cada uno de ellos a Cristo”. Este “ser en el mundo” constituye una demanda ineludible para que “la Iglesia sea la Iglesia”. Agreguese a eso que las re
Vivir con Autenticidad mi fe y compromiso cristiano...