La resurrección de Jesús es la prueba más importante de la veracidad de la fe cristiana. La resurrección apoya la inspiración divina y la confiabilidad de las Escrituras, y no a la inversa. He visto personas que han caído en una crisis de fe al descubrir una dificultad que las Escrituras no puedan explicar. La lista de dificultades que los críticos pueden inventar es bastante larga. Aunque la mayoría de ellas se puede resolver aplicando paciente y objetivamente la ley de la no contradicción, o simplemente recurriendo al uso de la ley del sentido común, nuestra fe no se puede poner en pausa hasta que dichos problemas sean resueltos. El cristianismo creció porque los apóstoles predicaron que Cristo había sido levantado de entre los muertos, en cumplimiento de lo dicho por los profetas hebreos. Su muerte satisfizo las demandas de justicia cuando se rompe la Ley de Dios, y la vida perfecta de Jesús lo calificó para ser el Cordero de Dios, el sacrificio sin mancha ni mácula. Los evangelios del Nuevo Testamento y las cartas de Pablo no se escribirían por casi dos décadas, sin embargo, la iglesia creció rápida y dramáticamente durante ese lapso de tiempo. El núcleo central de su mensaje fue la veracidad de la resurrección. Aunque defender la autoridad de las Escrituras que es una tarea noble y necesaria, no debemos ir más allá de lo que las mismas Escrituras dicen acerca del contenido de la presentación central del evangelio.
Los historiadores nunca habrían puesto en duda la confiabilidad de los evangelios si a estos se les hubiera aplicado consistentemente los mismos estándares que se les aplicaron a otros textos antiguos. La razón principal por la que se niega la confiabilidad de los evangelios es el rechazo a cualquier hipótesis sobrenatural, en particular, la resurrección de Jesús. Necesitan creer que los discípulos se encontraban tan confundidos por lo que había pasado que comenzaron a esparcir fábulas delirantes por toda la primera iglesia. Sin embargo, si Jesús en verdad se levantó de entre los muertos, Él realmente representó la presencia de Dios en la tierra, y los relatos de los discípulos fueron certeros.
Comprender esto implica varias cosas. Primero, Jesús habría profetizado su muerte y resurrección, por lo que habría preparado a sus discípulos para transmitir verazmente sus enseñanzas a las futuras generaciones. Además, los autores y recopiladores de las Escrituras en el futuro habrían sido guiados por el Espíritu Santo, para garantizar que la información fuera preservada fielmente. Difícilmente nos podemos imaginar a Dios observando pasivamente desde el cielo, mientras el mensaje de Jesús se corrompe poco a poco. Particularmente cuando el mismo Jesús prometió a los apóstoles que el Espíritu Santo les recordaría todas sus enseñanzas, y que Él les mostraría todo lo demás que ellos necesitaran entender (Jn. 14:26).
Jesús les encargó a sus discípulos difundir su mensaje a todas las naciones, y Él prometió que estaría con ellos hasta el final (Mt. 28:18-20). Por lo tanto, podemos tener la seguridad de que ellos transmitieron su mensaje fielmente y lo repitieron continuamente durante décadas.
También prepararon a futuros líderes para transmitir la información a las futuras generaciones. Y esos líderes transmitieron la misma tradición a la siguiente generación. Éste proceso se siguió repitiendo mucho después de que los evangelios fueran transcritos y copiados a lo largo del mundo conocido. Clemente, sucesor de Pedro en Roma, escribió: “Los apóstoles recibieron el evangelio del Señor Jesucristo, y Jesucristo fue enviado por Dios. Cristo, por lo tanto, es y viene de Dios, y los apóstoles son y vienen de Cristo. Ambos eventos, entonces, ocurrieron por la voluntad de Dios. Recibiendo sus instrucciones y llenos de confianza en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y confirmados en la fe por la palabra de Dios, salieron con la convicción total en el Espíritu Santo, predicando las buenas nuevas de que el advenimiento del reino de Dios está por llegar. Predicaron en la ciudad y en el campo; y nombraron a sus primeros conversos, probándolos en el Espíritu, como obispos y diáconos de los futuros creyentes”.
Una acusación frecuente de los escépticos es que los cristianos creen en la resurrección solo porque la Biblia dice que ocurrió. Si tal afirmación fuese cierta, la lógica debería fluir como sigue a continuación:
La Biblia es la Palabra de Dios.
La Biblia dice que Jesús fue levantado de entre los muertos.
Por lo tanto, Jesús fue levantado de entre los muertos, porque la Biblia lo dice.
Tal argumentación sería un razonamiento circular, y lógicamente inválido.
En realidad, el argumento no comienza ni termina con la afirmación de que la Biblia es cierta. El argumento dice:
Según la historia, Jesús fue crucificado y levantado de entre los muertos.
Su resurrección validó su identidad como Hijo de Dios.
Los escritos del Nuevo Testamento son históricamente fiables y son testimonio de estos hechos.
Por lo tanto ambos, la historia y las Escrituras, confirman que Jesucristo de Nazaret fue levantado de entre los muertos, tres días después de ser crucificado.
ACCIÓN INDIVIDUAL .... ( Cuaderno )
1. La lectura anterior escoge y escribe una frase o idea clave de cada fragmento
2. Despues de analizar la informacion, que preguntas o dudas puedes hacer de todo el contenido...(escrube 2 interrogantes con Rtas)
3. Explica porqué fue importante que Jesucristo el Hijo de Dios resucitara..?
4. En la lectura hay citas biblicas, consultalas y explica de que tratan cada una de ellas?
5. Dibuja o pega una imagen de Jesus resucitado, y escribe un hermoso mensaje que nos invite a creer en él.
CUALQUIER INQUIETUD
@WILTORB
hola profesor es en computador o escrito
ResponderEliminarNo importa en cual eso es para que tu estudies no lo entregaras
Eliminarprofe puede ser en binas
ResponderEliminarNo se puede ya que es nota individual tendremos que pasar y decirlo solas
Eliminarprofe espero su respuestaaa
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